Punto de partida
Más vidas a un mismo vestido es la apuesta sustentable de la plataforma ReDress
Es venezolana y lleva 15 años de experiencia en la industria de la moda. En 2015 llegó a vivir a Estados Unidos e instaló una tienda de ropa en Miami. “Cuando llego a trabajar a este país me doy cuenta de la locura del sobreconsumo. Tenía clientas que literalmente iban todas las semanas a comprar ropa. Yo les decía: ‘Pero si compraste cinco vestidos la semana pasada’, y me respondían: ‘Es que ya me los vieron’, cuenta Rossanna Ceccato de ReDress.
“Empecé a entender que había gente que tenía mucha ropa acumulada en sus armarios y decidí hacer una encuesta”, recuerda la CEO. Ese sondeo lo realizó en enero de 2020 a mil personas durante un periodo de tres meses, de manera de comprender mejor el comportamiento de consumo.
Ratificó entonces que el 86% de las encuestadas efectivamente tenían clósets llenos de ropa apenas con uso y que muchas de ellas preferían guardar prendas incluso durante años antes que revenderlas, porque les daban muy poco dinero a cambio.
“Sienten que no reciben un trato justo económicamente hablando. Ese fue el descubrimiento del problema”, comenta el abogado chileno Matías Hercovich, uno de los tres founders de ReDress, Chief Legal Officer y marido de Rossanna. El tercero es el brasilero Alejandro Ferrari, Chief Operating Officer.
Existen muchas plataformas de reventa de ropa usada y en Estados Unidos es un negocio que genera millones de dólares, pero ellos se la jugaron por implementar un sistema diferente, explica el matrimonio en conversación por Zoom desde Miami. “Es un producto nuevo en una industria que ya existe”.
La idea original, reitera Hercovich, es de Rossanna. Primero ella organizó una instancia experimental. Dispuso ropa de su propio clóset, además de algunas compras extras en distintas tallas, y convocó a través de sus redes sociales a otras seis mujeres que fueron a su casa. Intercambiaron nueve vestidos cada una y esa pequeña muestra generó un ahorro total de unos 6 mil dólares, estima la CEO.
Con estos datos y la determinación de crear el próximo unicornio de la moda, Rossanna estudió un diplomado de emprendimiento patrocinado por la Universidad de Wharton, creó un plan de negocios, postuló a un programa de emprendimiento de la Universidad de Harvard y se inscribió en Founder Institute, aceleradora de negocios.
Luego se dedicó a estudiar el mercado existente y encontró algunas plataformas que proponían intercambio de vestuario conectando usuarias. “Aunque me encantaría cambiar todo mi clóset por el de otra persona, eso no existe porque los cuerpos son distintos, los gustos varían, el estilo también. Subir una prenda y esperar que aparezca otra persona que le guste y que además le quede bien y que tenga algo que ofrecerte que a ti te guste y te quede bien, es improbable”, afirma Rossana.
Eso lo hace poco escalable como negocio. “Siempre digo que es como usar Tinder en el Polo Sur: es casi imposible que te salga un match. Desde el punto de vista de escalabilidad, necesitarías muchos usuarios para que la rueda empiece a girar”, agrega Matías.
En ReDress comenzaron con una masa crítica inicial, invirtieron en un inventario de vestidos como base para que luego éste se vaya renovando a través de los intercambios de usuarios. “Es un clóset giratorio o revolvente, siempre hay algo distinto”, señalan.
Sanitizar y los rayos UV¿Cómo funciona? Primero es necesario registrarse como usuario en el sitio (es gratuito) y luego se sube una foto de la prenda que se quiere intercambiar. Una vez que ésta es aprobada por la plataforma, debe enviarse por correo con una etiqueta de ReDress que se imprime una vez efectuada la transacción.
Cada vestido pasa luego por un depósito de ReDress. Ellos las reciben, revisan, sanitizan (proceso que ha sido importante en Estados Unidos por el Covid), aplican rayos UV y desinfectante. “Nos hacemos responsables de revisar que la prenda venga en condiciones ideales”, señalan.
Ese proceso está a cargo de personal, pero en un futuro cercano se podría automatizar, apuntan: “Existe tecnología capaz de verificar la prenda por escaneo, no hemos llegado a ese momento, pero hacia allá vamos”. Comentan que empresas exitosas de venta de ropa de segunda mano, como Therealreal y threadup, también manejan su inventario directamente.
Para empezar decidieron especializarse en vestidos porque es una prenda que las clientas evitan repetirse, ahora han comenzado a incorporar chaquetas y jumpsuits o enteritos. Luego seguirán con una línea de carteras de diseñador usadas y también calzado, en ese caso nuevos.
Una de las particularidades de ReDress es que tasan las prendas al valor de mercado de primera mano. Es decir, al precio en que fue adquirida inicialmente. En esta primera etapa han funcionado con un sistema de puntos por prenda, pero ahora van a estar en categorías por rango de precios, prendas entre 50 a 100 dólares, de 100 a 200, y así hasta de 500 dólares hacia arriba.
La idea es que el intercambio se produzca entre prendas de la misma categoría generando equivalencia. Este cambio forma parte de la etapa 3.0 que piensan estrenar a mediados de junio.
Inteligencia artificial y probador virtualEn un comienzo pensaron en un modelo de suscripción, pero se dieron cuenta de que era difícil lograr ese compromiso por parte del usuario, y optaron con cobrar un fee por cada transacción. En el caso de una prenda entre 50 y 100 dólares, el fee por transacción para ReDress es de 15 dólares.
En siete meses ya suman más de 5 mil transacciones. Fueron acelerados por el programa de mujeres emprendedoras, Women Innovating Now, de Babson College, y certificados como empresa Endeavor en Miami, y vienen llegando de participar en Latino Business Action Network (LBAN) de la Universidad de Stanford.
Ya tuvieron un primer levantamiento de capital de US$ 500 mil y acaban de abrir una ronda preseed de US$ 1 millón. Esta inyección de recursos apunta a introducir algunos cambios para ir mejorando la experiencia del usuario a partir del comportamiento que han ido observando y para que la plataforma sea lo más sencilla posible.
También van a integrar herramientas de inteligencia artificial que permiten analizar si las medidas del cuerpo de un usuario son compatibles con las prendas y así reducir las tasas de retorno, y también lanzar un probador virtual. Además, implementar una alternativa con niveles de suscripción -para intercambiar tres, seis o nueve prendas al mes- que resulte más económico para el usuario que realizar transacciones individuales.